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Historia de Roma
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Segunda Guerra Púnica. Escipión

El salvador de Roma

 

Escipión el Africano

Escipión en Hispania

Mientras Aníbal deambulaba por Italia, la estrategia romana, que había desplazado sus mejores tropas a Hispania, comenzaba a dar frutos. Allí, en una decisión sin precedentes en su historia, Roma había entregado el mando de sus legiones al jovencísimo Publio Cornelio Escipión, hijo y sobrino de dos brillantes generales y perteneciente a una de las principales familias patricias.

Aunque había combatido ya junto a su padre en las batallas de Tesino y Cannas, Escipión contaba apenas 24 años, y era sólo un ciudadano particular, que no había desempeñado aún ninguna de las magistraturas que daban acceso al mando militar.

Su estirpe y su determinación insuflaron nuevos ánimos a unas tropas desesperadas, que bajo su mando consiguieron derrotar al ejército cartaginés comandado por los hermanos de Aníbal, Asdrúbal y Magón, hasta expulsarlos completamente de Hispania. En el año 205, sus legiones victoriosas estaban en condiciones de regresar a Italia.

La situación en Italia

Allí, los últimos restos de las tropas romanas habían aprendido la lección y evitaban cualquier enfrentamiento directo con Aníbal. Preferían hostigar a sus hombres desde la distancia, y sus ataques eran una sangría insoportable para el ejército cartaginés.

Sin haber sufrido jamás una derrota, después de haber tenido a la indefensa Roma a su merced, Aníbal, atrapado en Italia, sin aliados, sin provisiones y con apenas un tercio de su ejército, se vio obligado a regresar por mar a Cartago, tras haber estado deambulando por Italia durante 16 años.

Cambio de escenario y desenlace

Por fin, Roma se atrevió a llevar la guerra a suelo cartaginés. Escipión convenció al Senado de la necesidad de desembarcar cuanto antes en la costa norteafricana, en persecución de Aníbal, cada vez más acorralado. Ambos compartían además viejas deudas de sangre. Escipión había derrotado al hermano de Aníbal en Hispania, Asdrúbal, pero éste se había cobrado antes la vida del padre y el tío de Escipión.

Los dos grandes generales se enfrentaron por primera y última vez en la decisiva batalla de Zama, en el año 202 a.C. Roma y Cartago se hallaban al límite de sus fuerzas y el resultado sería decisivo. Aníbal recurrió a su genio táctico, Escipión a su astucia.

Para neutralizar a los elefantes, la más temible de las armas cartaginesas, el romano hizo sonar todas las trompetas de su ejército. Las bestias, aterrorizadas, huyeron en desbandada aplastando a la propia caballería cartaginesa. Aunque la infantería de Aníbal presentó batalla hasta el final, el gran general no pudo evitar su completa derrota.

Tras su victoria, Escipión obtuvo el sobrenombre de “el africano”, mientras Aníbal, abandonado por sus propios compatriotas, se vio obligado a refugiarse en la corte del rey de Bitinia, donde se quitó la vida con un veneno.

Tal vez fuera cierta la sentencia de su jefe de caballería, que, exasperado porque Aníbal no se decidía a conquistar Roma cuando la tenía en su mano, le dijo: Cierto es que los dioses no conceden todos sus dones a la misma persona. Tú sabes vencer, Aníbal, pero no sabes aprovechar la victoria.

Situación de Roma tras la guerra

La derrota de Cartago convirtió a Roma en la dueña absoluta del Mediterráneo occidental, y dio paso a la época de las grandes conquistas. Pronto comenzó también la colonización de los territorios ya dominados: la Península Ibérica, el sur de la Galia y el Norte de África.

MAPAS DE LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA

Segunda Guerra Púnica: situación de partida

Situación en Italia después de Cannas (216 a.C.)

(Viene de aquí). Con la defección masiva del Sur de Italia, cambió por completo el tipo de guerra: hasta ese momento se trataba de un gran ejército que había penetrado en territorio enemigo, y actuaba como un único bloque bajo el mando de Aníbal. Este ejército necesitaba moverse continuamente, saqueando las ciudades a su paso, para poder alimentarse. Y buscaba la confrontación en campo abierto, donde Aníbal demostraba una y otra vez su superioridad.

Ahora, en cambio, la obtención de aliados en el Norte y el Sur de la Península le permitía a Aníbal contar con bases fijas y tropas de refresco, pero también tenía un territorio que defender. Los dos bandos librarán una guerra de posiciones, con múltiples focos simultáneos pero sin grandes batallas.

Aníbal ya no tendrá unidad de acción ni libertad de movimientos. Deberá dispersar sus fuerzas para atender al mismo tiempo distintos puntos de conflicto, y acudir a las llamadas de socorro de las ciudades aliadas ante los ataques de Roma.

Con este nuevo tipo de guerra, Aníbal no tenía ninguna opción contra Roma. Las tropas italianas aliadas de Aníbal eran inferiores a las legiones romanas, y no disponían de mandos con experiencia. El único grupo que podía combatir contra Roma con superioridad era el ejército principal de Aníbal (libios, númidas, españoles y galos), pero su número iba en descenso, pues no se reponía ni recibía refuerzos de Cartago.

Roma, en cambio, exprimirá sus recursos hasta el límite, poniendo en pie de guerra cada año 19, 20, 25 legiones: casi 200.000 soldados, entre romanos y aliados. Una gigantesca maquinaria que irá reconquistando una a una las ciudades perdidas, de un modo paciente, sistemático e implacable.

Desarrollo paso a paso

Sagunto

1. Aníbal busca una salida al mar

En los años 216-215 Aníbal consigue la deserción de un gran número de ciudades desde Campania hacia el Sur. La más importante será Capua, segunda en importancia de Italia. Su deserción es un duro golpe para Roma.

Por lo general, las ciudades tienen miedo a las represalias de Roma, y sólo se entregan a Aníbal cuando su ejército se acerca.

Pero las ciudades bien fortificadas son muy difíciles de tomar al asalto. Y si tienen puerto de mar, tampoco pueden ser sitiadas y rendidas por hambre. De este modo, Nápoles y otras ciudades importantes de la costa permanecen fieles a Roma.

Aníbal necesitaba imperiosamente una salida al mar, para tener conexión con Cartago y poder recibir refuerzos. Lo consigue por fin el año 215, con los pequeños puertos de Locroi y Crotona. Será la única vez que reciba refuerzos de Cartago.

Sagunto

2. Primer objetivo de Roma: recuperar Campania (215-211)

Roma procedió con orden y disciplina en su labor de recuperación del territorio. En primer lugar mantuvo un poderoso ejército en Etruria, para asegurar la lealtad de esa región crucial. Luego estableció una línea de defensa en Campania, para evitar que el enemigo penetrara en el Lacio. Y una vez asegurada la defensa, procedió a la ofensiva.

Mantenía cierta actividad en el sur de la península, para obligar a Aníbal a dividir su ejército, pero sabiendo que su objetivo prioritario era recuperar Campania.

Las tácticas de Fabio Máximo se convierten en doctrina oficial: nada de aventuras contra Aníbal, sólo ataques sin riesgos y hostigamientos... evitar a toda costa batallas en campo abierto. En pocos años, la balanza estará nuevamente del lado romano.

En 215 recuperan Cumas. En 214 Casilinum. En 212 los dos ejércitos consulares se emplean a fondo en los trabajos para asediar Capua.

Sagunto

3. Aníbal toma Tarento (212)

Aníbal seguía cosechando éxitos en la zona más meridional de Italia. Su principal campamento estaba situado cerca de Tarento, cuando el año 212 unos nobles de esta ciudad vinieron a negociar con él para entregársela a traición. A la caída de Tarento le siguieron la de otras ciudades griegas como Metaponte y Thurioi.

Tarento contaba con un importante puerto de mar, y en los próximos años será en centro de operaciones de Aníbal en Italia, una vez que Capua se hallaba sitiada y próxima a perderse.

Sagunto

4. La caída de Capua (211). Hannibal ante portas

Los romanos habían organizado un férreo cerco en torno a Capua, con dos ejércitos acampados ante las murallas de la ciudad. Conscientes de lo que les esperaba si caían, los capuanos enviaron desesperados e insistentes mensajes de socorro a Aníbal. El año 211 Aníbal marchó con su ejército principal para intentar romper el asedio.

Sus primeros intentos fracasaron, y pronto Aníbal comenzó a andar falto de víveres, pues los romanos habían saqueado toda la zona.

En un intento desesperado, Aníbal decidió marchar sobre Roma, acampando con su ejército fuera de las murallas (el famoso Hannibal ante portas), pero ya nadie veía en esto una seria amenaza, y el asedio de Capua continuó firme. Cuando Aníbal comprendió que no mordían el anzuelo, se retiró hacia el sur, abandonando Capua a su suerte.

Sagunto

5. Roma recupera el Samnio

Después de Capua, Roma recupera Beneventum, capital de la región montañosa del Samnio. Desde ahí, pueden atacar Lucania y Apulia y consiguen la caída de varias ciudades. La propia Tarento caerá en 209.

Para acelerar el proceso de vuelta a Roma, ya irreversible, los romanos tratan bien a los que se entregan voluntariamente, pero castigan severamente a las ciudades que son tomadas a la fuerza.

Sagunto

6. Expedición desde Iberia. Batalla del río Metauro (207)

En el año 208, Aníbal controlaba ya sólo el extremo sur de la península. Estaba perdiendo la guerra por falta de recursos. No podía combatir el solo contra el elevado número de legiones de Roma. De Cartago sólo en una ocasión recibió refuerzos. Su última esperanza se hallaba en recibirlos desde Iberia.

En el 207 se supo que un hermano de Aníbal, Asdrúbal, cruzaría los Alpes con un ejército de apoyo siguiendo la misma ruta que su hermano, y Roma vivió la última situación de pánico en esta guerra, ahora definitivamente encarrilada. La conjunción de ambos ejércitos podía ser fatal.

Pero Roma se hallaba ahora mucho más preparada, sus generales bien aleccionados y las legiones mejor adiestradas y con experiencia. Y además, Asdrúbal no era Aníbal. Fue derrotado por dos ejércitos consulares en el río Metauro, antes de que pudiera avisar a Aníbal de su llegada.

El ejército de Aníbal, todavía invicto en tierra italiana y capaz de vencer en cualquier batalla, ya no suponía una seria amenaza para Roma.

Otros escenarios de guerra

En la primera guerra púnica Roma y Cartago habían combatido por el dominio de Sicilia, y la lucha se centró en ese escenario. Pero ahora el choque tenía un carácter más general. Las dos grandes potencias luchaban por la supremacía y la supervivencia, y la guerra se libró en un marco geográfico más amplio: Iberia, Sicilia, Macedonia y finalmete la propia África.

Sagunto

7. Sicilia

Sicilia era una pieza de gran importancia estratégica en esta guerra por un doble motivo:

  • 1) Por su importancia como base naval, al ser el puente entre Africa e Italia. Roma debía controlar Sicilia si quería impedir que Cartago contactara con Aníbal y le enviara refuerzos.
  • 2) Por ser uno de los principales graneros de Roma. El grano de Sicilia permitía mantener un elevado número de legiones.

Consciente de ello, Roma mantuvo desde el principio una importante guarnición en la isla. Inicialmente contaba con la ayuda del tirano de Siracusa Hierón, un viejo aliado de Roma desde la primera Guerra Púnica (ver). Al iniciarse la Segunda, el tirano tenía 70 años. A su muerte, tres años después (215), se desató la lucha de facciones rivales y terminó predominando la que apoyaba a Cartago.

Los dos bandos enviaron fuentes contingentes a la isla, con la mira puesta en Siracusa, que resistió durante año y medio el asedio romano, gracias en buena parte a los ingenios de Arquímedes, el genial matemático griego. Cuando cayó Siracusa, el año 212, los púnicos se concentraron en torno a Agrigento, para una desesperada defensa que duró dos años más. En 210 toda la isla era definitivamente romana.

Sagunto

8. Macedonia

Fue un escenario muy secundario. El rey macedonio Filipo V llevaba tiempo viendo con procupación la influencia creciente de Roma en el Adriático (ver) y quiso aprovechar la crisis provocada por Aníbal para sacar provecho. Roma no estaba en ese momento para muchas alegrías, y no podía dispersar recursos (más adelante saldaría las cuentas), de modo que se alió con la Liga Etolia, enemiga de Macedonia en ese momento, para tenerla controlada. Fue básicamente una guerra entre griegos, donde Roma y Cartago apenas se comprometieron.

Sagunto

9. España. Campañas de los hermanos Escipión

Iberia fue el principal escenario de esta guerra, después de Italia. Desde el principio, Roma vio la importancia de esta región para Cartago, y mantuvo allí importantes contingentes de tropas, al mando casi siempre de la familia Escipión. El principal objetivo era evitar que desde Iberia se enviaran refuerzos a Aníbal.

Ya en el año 218, el primero de la guerra, Cneo Escipión había desembarcado en la colonia griega de Emporium (ver). Al año siguiente se le unió su hermano Publio, que acababa de dejar el consulado.

Los Escipiones se hicieron rápidamente con el control de la zona al Norte del Ebro, desde donde desarrollan brillantes campañas militares y una intensa actividad diplomática con las colonias griegas y con los pueblos indígenas, venciendo a los hermanos de Aníbal en sucesivas batallas. El exceso de confianza e impulsividad les hizo encontrar la muerte en el año 211, en un choque contra todos los ejércitos púnicos de la península.

Actualizado 8 diciembre 2010. Continuará...

 

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